El equipo estadunidense fue creado en el 2007, como Team Sipstream. Su director deportivo era y a día de hoy lo sigue siendo el ex-ciclista Jonathan Vaughters. El equipo fue subiendo de categoría y en el 2009 ascendió a la élite podiendo participar por obligación en las mejores carreras.
El equipo a partir de 2009 hasta 2014 se llamó Garmin y fichó corredores como Bradley Wiggins o Ryder Hesjedal, que consiguió vencer el Giro 2012.
En el 2015 el equipo se fusionó con Cannondale pasandose a llamar Cannondale-Garmin. En el 2016 Garmin desapareció y hasta la día de hoy se llama Cannondale-Drapac.
A día de hoy la situación del equipo es muy delicada, ya que necesitan 7 millones de dólares para seguir vivos en la élite del ciclismo profesional. Debido a una búsqueda inminente que salve al equipo, la empresa Slipstream Sports ha dado libertad a sus corredores y personal para buscar nuevo equipo de cara a la temporada que viene.
Parecia que el patrocinador ya estaba gracias a Oath, una compañia de medios digitales pero al paracer un patrocinador actual ha dejado al equipo en la cuerda floja.
Hace un mes uno de los ciclistas estrellas del equipo; el colombiano Rigoberto Urán habia renovado su vinculación de cara a temporadas venideras, pero el 2º clasificado del Tour ha dado tiempo al equipo para encontrar un nuevo sponsor. Sino es así el colombiano y el resto de la plantilla tendrán que buscar nuevo equipo.
Hasta la fecha 5 ciclistas se han ido a otros equipos: Slagter, Koren, Formolo, Villella y Bettiol.
Ciclistas como el canadiense Woods actualmente 8º en la Vuelta, el campeón irlandes Mullen, el ya nombrado Urán, las jóvenes promesas como Carthy, Dombrowski o van Baarle, el clasicómano Vanmarcke, el estadunidense Talansky o el vencedor de etapa de Giro el francés Rolland; algunos con contrato en vigor y otros a esperas del futuro del equipo.
En definitiva, el Cannondale pende de un hilo para seguir en la élite del ciclismo.
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