
Dos décadas más tarde, concretamente en 2003, fue Garmin quien tomó la delantera lanzando unos "entrenadores virtuales" o relojes con GPS integrado. Desde entonces se podría saber la distancia y el ritmo al que se corría con los Forerunner 101, 201 y 301, éste último incluía además pulsometro.
Desde entonces se han ido sucediendo modelos cada vez más novedosos y con las más variopintas funciones y características tales como el sensor óptico de frecuencia cardíaca sustituyendo a la banda toráxica, el cálculo del umbral de lactato y zonas de entrenamiento, entre otras. Todo ello fruto de la innovación de marcas como las ya citadas Polar y Garmin y otras como Suunto o Tomtom.
Coincidiendo con el "boom del running" estos aparatos se han ido extendiendo hasta el punto de convertirse en un instrumento fundamental para corredores, pero... ¿Es aconsejable usarlos sea cuál sea el entrenamiento? En el próximo capítulo hablaremos sobre ello...
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